No es lo que dices, es lo que haces, por qué y cómo lo haces. Y cómo lo cuentas.

En la última década, el propósito empresarial ha pasado de ser una declaración inspiradora a convertirse en un pilar estratégico. Las empresas ya no compiten solo por cuota de mercado, sino por relevancia, reputación y sentido, por ser relevantes y significativas para sus grupos de interés.

Pero el reto sigue siendo el mismo: ¿Cómo pasamos del claim bonito a un propósito activado, medible y creíble?

El propósito no se impone, se cultiva

En ORB Comunicación llevamos años trabajando con organizaciones que quieren comunicar «desde su alma». Sabemos que el propósito no nace de un eslogan de agencia. Nace de una verdad interna, una motivación profunda, un compromiso con el entorno.

Y también sabemos que el propósito sin activación, sin narrativa, sin coherencia, se convierte en un riesgo reputacional. O peor aún: en greenwashing emocional absurdo.

Por eso defendemos una comunicación estratégica que une: Identidad corporativa + acción real + relato coherente + escucha activa.

¿Cómo se mide un propósito?

Medir un intangible como el propósito no es fácil. Pero se puede. Aquí te dejamos una microguía con 5 claves prácticas para pasar de la declaración al impacto.

Microguía práctica ORB: del propósito declarado al propósito activado en 5 pasos

1. Revisa: ¿De dónde nace tu propósito?

No puede ser genérico ni decorativo. Debe conectar con tu origen, cultura y capacidades reales.Ejemplo: “Queremos cuidar el planeta” ¿Cómo lo haces realmente desde tu cadena de valor?

2. Concreta: ¿Qué compromisos lo hacen tangible?

Traduce el propósito en decisiones, procesos o metas. Define indicadores cualitativos y cuantitativos. Ejemplo: % de proveedores sostenibles, políticas de conciliación, proyectos sociales activos.

3. Activa: ¿Quién lo vive dentro de tu organización?

El propósito debe vivirse desde dentro. No es comunicación externa: es cultura organizacional. Crea embajadores internos, forma a tu equipo, escucha lo que ya hacen con propósito.

4. Cuenta: ¿Cómo lo comunicas sin postureo?

Evita el “propósito oportunista”. Comunica desde la verdad, con datos y con alma.Usa testimonios, casos reales, memorias de sostenibilidad bien narradas. Y evita el greenwashing.

5. Evalúa: ¿Qué impacto real está generando?

Monitoriza percepción, reputación, resultados sociales o medioambientales. Después, integra estos datos en tu estrategia de comunicación y toma de decisiones.

¿Y ahora qué?

En ORB Comunicación ayudamos a pymes, marcas locales e instituciones a configurar, enfocar, activar, narrar y proteger su propósito. A construir una reputación auténtica y coherente, desde la estrategia, no desde la decoración.

Si tu organización quiere dejar huella, asegúrate de que lo que comunica… realmente lo sostiene. ¿Te gustaría que hablemos de tu propósito? ¿Quieres ayuda para contarlo con coherencia?

Contáctanos. Porque comunicar con propósito, no es una moda. Es responsabilidad y es una estrategia que funciona.

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